lunes, 2 de junio de 2014


Barriga Verde, el mítico titiritero

Jaime Iglesias biografía a José Silvent, el «bonecreiro» afincado en Lérez que triunfó en Galicia

Jaime Iglesias (izq.) presentó el libro junto a Luis Bará. M. C.
«Morreu o demo, acabouse a peseta...». Con esta frase terminaba siempre el titiritero José Silvent las aventuras del héroe Barriga Verde. El espectáculo de marionetas que este extremeño afincado en Lérez llevó por toda Galicia en la primera mitad del siglo XX -y que durante mucho tiempo costó esa peseta- se hizo tan popular que, como sucede muchas veces, el personaje acabó engullendo a su creador y el propio Silvent se convirtió en el mítico Barriga Verde para su entregado público.
La historia de Silvent la cuenta el profesor e historiador Jaime Iglesias, de la Asociación Cedofeita de Lérez, en el libro que presentará este próximo martes en la Casa das Campás (20.30 horas). El autor subraya que Silvent fue «un mito» para el público y para sus compañeros de profesión. De una cortina en las esquinas de las plazas pasó a actuar en su famosa barraca (Teatro Melodías de España), con la que se convirtió en el titiritero más famoso en Galicia, siguiendo el guion del héroe que se enfrenta a varios personajes, entre ellos representantes de la autoridad.
A pesar de ello, como subrayó Iglesias, Barriga Verde no tuvo problemas con la censura ni con los representantes del clero y el poder. Claro que a ello ayudó, además de por supuesto el favor del público, el que pusiese sus rótulos en castellano, el eslogan Espectáculo culto y moral y el certificado de «buena conducta» que le expidió el alcalde pontevedrés.
El profesor destacó que a pesar de no ser oriundo de Galicia, Silvent emplease el gallego en su espectáculo, «algo que non foi premeditado, senón que o viu coa naturalidade que o deberían ver todos os galegos».

miércoles, 28 de mayo de 2014


San Froilán 2010

Hijos de Barriga Verde


Etiquetas: Barriga VerdeSan Froilán 2010fiestasmarionetas
10/10/2010 - Mar M. Louzao / El Progreso (Lugo)
Para Juan y Alfonso Silvent, la reproducción de Barriga Verde instalada en la Praza da Soidade significa un homenaje a su familia y un emotivo regreso a los orígenes, y esto en el sentido más literal. Los dos nacieron bajo el escenario de la popular barraca que durante décadas recorrió Galicia, aunque no se trataba de las mismas tablas. Juan es el más joven de los doce hijos de Santiago Silvent, que movió el espectáculo ‘Pabellón de la risa’ por la zona norte; mientras que Alfonso es uno de los siete descendientes de José Silvent, que se prodigó más por la zona sur con ‘Melodías de España’ y a quien tradicionalmente se vincula con Barriga Verde. Las barracas, así, eran dos y la esencia de ambas se ha combinado en el montaje que hasta el día 12 recupera esta parte de la historia en la Praza da Soidade.
Juan vino al mundo la víspera de San Froilán del año 40 y lo inscribieron en el registro el 16 de octubre en Mondoñedo, la siguiente parada en la tourné de fiestas lucenses tras la capital. Alfonso nació en Vigo, donde lo bautizaron, aunque luego se crió en Pontevedra, en la casa que tenía allí la familia. Los dos observaron ayer emocionados la reconstrucción de la barraca en la que pasaron su infancia y gran parte de su juventud. «Estou moi agradecido a quen fixo este traballo, moi emotivo para min», reconocía Juan. La iniciativa partió de la Diputación Provincial.
A medida que iban creciendo, los hijos se incorporaban al espectáculo e iban aprendiendo distintas facetas del oficio. Juan, por ejemplo, tocaba ‘A Rianxeira’ y otras piezas populares con botellas o se cambiaba de ropa sobre un rulete, «unha mesa apoiada sobre catro rulos». Después, «tocaba facer o guiñol». «Foi unha época moi bonita», recuerda, y dice de su padre que sobre todo les exigía una cosa: «Que non quería ter unha queixa de que faltara unha mazá dun árbol».
La vida de Alfonso no fue muy distinta en la barraca de su familia. También se incorporó al espectáculo desde muy pequeño y así recorrió la geografía gallega . «Íbamos dunha festa a outra e en todos os pobos eramos ben recibidos. Estaban a esperar por nós, porque daquela non había nada máis», recuerda. Los tiempos no eran fáciles, pero «nunca faltou o pan na mesa». La barraca de su familia funcionó hasta el año 1964 -la de Santiago Silvent ya había desaparecido para entonces-.
En los dos casos, Barriga Verde era el espectáculo que llevaban a los pueblos y ciudades en verano; el resto del año cambiaban los personajes de la barraca por la pantalla de cine: mudo primero, y sonoro después. Ésta fue la ocupación con la que continuaron después del fin de Barriga Verde.
Alfonso aún conserva uno de los primeros proyectores de cine mudo. El celuloide siempre tuvo mucho tirón en los pueblos. «Ían aínda que chovera», recuerda. Pero no a todos les interesaba la misma película: «Os vellos ían polo cine, pero os novos polo baile; era unha alegría para eles».
Tras la desaparición de las barracas, cada miembro de la familia tiró por donde pudo y muchos siguieron en el sector de los puestos de feria. En el caso de Alfonso, se dedicó a las proyecciones hasta 1970, cuando murió su padre. «Despois seguín na festa cunha caseta de tiro ao pichón ata o ano 75». Se pasó luego al comercio, pero sin dejar la itinerancia, y montó un puesto de ropa y juguetes con el que recorrió los mercados hasta que se jubiló. Fue entonces que dejó este peculiar nomadismo que, sin embargo, añora. «Pasabámolo moi ben», dice.

“BARRIGAVERDE” Y MONDOÑEDO

Por razón de edad, no me acuerdo del famoso espectáculo de “Barrigaverde”, el cual venía todos los años a Mondoñedo a animar las famosas Ferias y Fiestas de San Lucas. La primera noticia que conocemos de la colocación de la barraca del popular “Barrigaverde” en el Campo de Los Remedios de Mondoñedo data del año 1924.
De lo que me acuerdo perfectamente es de la estancia en las Ferias de la ruidosa “Tómbola Carmiña” y del “Salón de Tiro Luciano”, emparentados con la familia propietaria del espectáculo “Barrigaverde”
Muchos vecinos de Mondoñedo, cercanos a los sesenta años, comentan anécdotas de este espectáculo, de sus actuaciones etc. Incluso alguno asegura que fue el primer artista que vió hacer usó del método “playback”, tan arraigado actualmente en orquestas y espectáculos; a pesar de su fama y elevado caché.
Había que aguzar el ingenio para poder comer, y por eso la gente hacía uso de todos los procedimientos imaginables. Los componentes del espectáculo “Barrigaverde” eran muy apreciados y queridos por los mindonienses.
Según el periódico El Progreso, ya actuaba en las fiestas del San Froilán del año 1919 y fuera su iniciador José Silvent. Pocas imágenes hemos contemplado de su espectáculo, pero si escuchado muchos comentarios. Lo que desconocíamos la mayor parte de mindonienses es que durante la estancia del espectáculo de “Barrigaverde” en Mondoñedo, con motivo de las Ferias y Fiestas de Las San Lucas del año 1948, le falleció su hija Purificación Silvent Suárez, que contaba en aquellos momentos con treinta y siete años de edad(1). El Campo de Los Remedios se llenó de tristeza aquella tarde del 20 de octubre de 1948. La componente de la familia “Barrigaverde” fue enterrada el día 21 en el camposanto mindoniense. Transcurrido el tiempo, sus restos mortales fueron recogidos por sus familiares del cementerio viejo de Mondoñedo.
Este año, con motivo de las Ferias y Fiestas de San Lucas, fue colocada en la plaza de nuestra catedral una carpa con un espectáculo de títeres “Barrigaverde”, que tuvo una gran aceptación por parte del público.
A mediados de los años sesenta del pasado siglo, cuando se retira por razón de edad el último Silvent, también se retira el muñeco de las ferias y cae el espectáculo en el olvido.

(1)- Purificación Silvent Suárez, de 37 años de edad, casada en segundas nupcias con Eduardo Casal, natural de Neda. Era hija de Santiago Silvent y de Encarnación Suárez, naturales de Santiago de Compostela. Le quedaban de su primer matrimonio dos hijos llamados Manuel y Eligio.
(Archivo Parroquial de Los Remedios, libro de defunciones 1936/58, folio 148 vuelto)

martes, 27 de mayo de 2014


Memoria e perda de Barriga Verde




Foi unha das escasas mostras de artes escénicas en galego durante o franquismo e un referente da memoria colectiva do século XX no noso país. Unha expresión teatro popular que agocha detrás toda unha historia vital e familiar e que está estreitamente vencellada a figuras semellantes espalladas por todo o planeta. O documental Morreu o demo acabouse a peseta recupera a historia Barriga Verde e amosa a precaria situación da memoria encol deste patrimonio.

Teaser de Morreu o demo, acabouse a peseta
A barraca Melodías de España, que percorreu o país entre os anos 20 e os final dos 60 da man da familia Silvent, amosaba, ao igual que outros espectáculos itinerantes unha mestura de xéneros. Cancións, acrobacias, e, a certa altura o cinema eran algúns dos entretementos ofertados. No entanto, o seu risco diferencial era o espectáculo de títeres de luva protagonizado por Barriga Verde. “O resto do espectáculo era unha especie de recreación de números de Estrellita Castro ou Lola Flores e algúns exercicios circenses”, lembra Pedro Solla, director de Morreu o demo acabouse a peseta

Os múltiples barrigas verdes
Unha das sorprendentes descobertas que achega Morreu o demo acabouse a peseta é que o Barriga Verde que quedou na memoria de varias xeracións de galegos, na realidade correspondía a dous, e mesmo tres espectáculos diferentes. “Nun primeiro momento José Silvent, o máis coñecido dos titiriteiros, iniciou o espectáculo cos irmáns Santiago e Julia, pero despois separáronse, e José seguiu representando pola zona de Pontevedra, Santiago pola Mariña e Lugo e Julia, aínda que por pouco tempo, por Ourense”. Finalmente, José ocupouse tamén desta área, quedando durante moitos anos repartido o país entre as dúas compañías que, con cadanseu espectáculo e barrca, percorrían feiras e eventos. “Nalgúns momento ata coincidían os dous nun mesmo sitio, sobre todo no San Froilán de Lugo, e mesmo había certa competencia”.

Unha historia internacional
Para alén de rescatar o testemuño dos descendentes daqueles Silvent que iniciaron o negocio, o documental afonda de xeito especial no parentesco internacional e nas fondas raíces do espectáculo de Barriga Verde. E é que falamos dun personaxe e dunha obra que teñen equivalente moi próximos en toda Europa e mesmo no Norte de África, na India ou en Xapón. Pulcinella en Italia, Punch en Inglaterra, Guignol en Francia, Kasper na República Checa ou os xa mentados Robertos portugueses son os nomes internacionais para unha representación que se amosa universal e que repite os esquemas. “Parecíanos interesante por todo isto en relación e non deixar Barriga Verde como un fenómeno cultural e artístico independente, senón vencellalo a unha tradición que está apegada á evolución do home. Queremos que se valore Barriga Verde como algo que está no acervo popular da humanidade, non é un fenómeno local nin tan sequera europeo”. 

Rebeldía
Tal e como comenta Solla, “existe un espírito subversivo que semella algo inconsciente pero que é común a todos eles, e mesmo escenas que se comparten a nivel continental. Hai unha serie de contrincantes do protagonista aos que o Barriga Verde ou Pulcinella ten que se sobrepor e que dalgún xeito supoñen unha opresión”. Deste xeito, e tal e como sinala Bruno Leone no documental, “hai unha dimensión alegórica, primeiro enfróntase ao animal como medo primixenio, logo preséntase o medo ao igual, ao propio irmán, que no caso de Barriga Verde sería o Portugués e noutros o verdugo ou o mafioso. E despois están as figuras de autoridade como os representantes da policía e da igrexa”.

Antecedentes directos
Chama a atención que sendo o protagonista do espectáculo, resulta curioso que o personaxe de Barriga Verde non contase cun monicreque fixo para o representar. “Así o afirman os descendentes e nós non o pomos en dúbida”, sinala Solla. “A liña máis plausible é que Barriga Verde xorde do espectáculo dos Robertos en Portugal, e estes son uns personaxes que non posúen unha fisionomía definida. O que definía o protagonista eran as propias escenas e logo a palleta que empregaban e que lle daba ao personaxe a súa característica voz aguda”. O feito de que os Silvent, de orixe estremeña, vivesen un tempo en Portugal e que fose alí onde iniciasen a súa andaina cos monicreques, afortala esta idea.

A memoria fráxil
Malia a que o espectáculo rematou hai relativamente poucos anos, e da sona conseguida, a memoria de todo o que foi Barriga Verde transmitiuse de xeito fragmentario, mesmo entre os propios protagonistas. “A memoria sobre o espectáculo esmoreceu moito máis do que pensabamos cando iniciamos o proxecto. Nin Alfonso, en Lérez, nin Juan na Devesa (Ribadeo), que son os fillos menores dunha saga moi longa teñen moitas lembranzas. Hai moitas partes da evolución do espectáculo e da barraca, ou da propia historia da familia que fica no esquecemento. Juan nin se lembra dos bonecos porque era moi novo, e os irmáns maiores xa non viven”. Nese esquecemento interveñen, entre outras cuestións, os propios mecanismos da memoria. “Hai moita xente, por exemplo en Lérez, que lembra Barriga Verde, pero sempre teñen máis de setenta anos, e resulta unha memoria algo feble. Hai quen lembra o espectáculo con ideas algo diferentes a como era, e polos mecanismos da memoria, moita xente lembra o anuncio de que chegaba a barraca pero non é capaz de describir os espectáculo, como se non chegase a saber dos bonecos”. O relativamente rápido esmorecemento da lembranza de Barriga Verde ten moito que ver, segundo Solla, coa propia consideración que tiña en xeral o teatro de monicreques ao longo do século XX no noso país. “Sempre foi considerado unha cousa de segunda ou de terceira a nivel cultural, e para os propios protagonistas era un xeito de gañar a vida, non o consideraban como algo a valorar e que, cando deixou de ser rendible, foi abandonado. Ademais, nunca se fixo ningún esforzo por recuperar isto desde instancias culturais. Desde que fechou ata que apareceu a política pública cultural a partir dos anos oitenta, pasou tempo abondo para que esmorecese”.

Perda e recuperación
De feito, no filme amósase como noutros países existen investigadores, museos ou centros dedicados aos monicreques, así como compañías que manteñen viva a tradición deste personaxe. Fronte a isto, no caso galego apenas existe a memoria familiar e popular de Barriga Verde e os escasos restos materiais conservados esmorecen en faiados. Precisamente, un dos fíos que segue o documental é o esforzo por recuperar a memoria deste espectáculo e por pór a andar unha nova barraca de Barriga Verde que veu desenvolvendo nos últimos anos Títeres Viravolta, e que viu a súa culminación coa estrea do espectáculo reconstruído nas festas do San Froilán de 2010. É de agardar que a difusión deste documental contribúa a dar a coñecer a figura e que multiplique as ocasións de se achegar e de coñecer mellor esta figura universal da cultura galega.
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Un libro recupera la figura de Barriga Verde, el titiritero más famoso del siglo XX en Galicia

Alejandro Espiño
Por Alejandro Espiño


Presentación del libro sobre Barriga Verde en el Concello de Pontevedra
CC BY-NC-SA PontevedraViva
José Silvent Martínez fue uno de los titiriteros más famosos de Galicia en el siglo XX. Aunque por su nombre, quizá muchos no le conozcan. Se hizo popular bajo el seudónimo de Barriga Verde. Extremeño de nacimiento, pero gallego de adopción, estuvo muy unido a la parroquia de Lérez, a la que llegó con apenas 20 años. Ahora, un libro escrito por Xaime Iglesias y en el que colabora la Asociación Cedofeita y el Concello de Pontevedra, recuerda su figura.
El libro, cuyo título es José Silvent Martínez, o mítico Barriga Verdeserá presentado el próximo martes 1 de octubre a las 20.00 horas en la Casa das Campás.  En él se narra la historia de este mítico artista que recorrió toda Galicia con su barraca de títeres y sus espectáculos en la primera mitad del siglo pasado. "Foi sen dúbida o mellor no seu e co valor engadido de que non era galego e facía os seus espectáculos en galego", señaló Xaime Iglesias.
Y todo ello en una época en la que los titiriteros "eran xente despreciada por depravados e mala xente". Pero según el autor del libro, Barriga Verde "foi un mito tanto a para o público como para o resto dos titiriteiros", principalmente porque "manexaba moi ben os bonecos e facíalles as voces cunha palleta e porque os seus eran espectáculos humildes e estaban acompañados por varietés e números de circo".
Su gran éxito fue, explicó Iglesias, crear un muñeco al que dio el nombre de Barriga Verde.Fue tan popular que acabó siendo conocido por ese sobrenombre. Y actuar en gallego "fixo que se aproximase moito á xente", algo que hizo, dijo, "de xeito natural, non foi premeditado, foi un compromiso coa terra que o adoptou". Con él logró que Galicia fuese incluída en el circuito del títere europeo, relacionada con la comedia de arte italiana. 
Contaba con el favor del público y eso le permitió "certa independencia" con respecto a la censura, con la que no tuvo problemas "porque procuraba levarse ben cos curas, os alcaldes ou os gardas civís, que lle asinaban certificados de boa conduta", a pesar de que sus espectáculos eran algo irreverentes. "Era moi hábil, todos os rótulos os tiña en castelán e nunha esquina poñía que era un espectáculo culto e moral", explicó Iglesias.
Para más detalles sobre el libro, Xaime Iglesias emplaza a su presentación. Eso sí, aclara quese trata de un trabajo realizado "con moito agarimo, pero sen fuxir do rigor" y que sus fuentes de información fueron documentos familiares, restos que se conservan de las barracas y su atrezzo, discos y muñecos, referencias en periódicos escritos y a la información oral facilitada por personas que presenciaron sus espectáculos.

Barriga Verde "Morreu o demo, acabouse a peseta"

Fotografía de la Web de la compañia Viravolta Titeres
   Al hilo de la entrada de ayer, me contaba Lisardo que en el entorno de las barracas, recuerda a personajes singulares de Ourense, que durante el periodo festivo se mezclaban con otros foraneos que acudian para colaborar a divertir a nuestros vecinos; no me refiero a los otros inquilinos de barracas como  Clemente con su libreria, o el Paco tres Cadelas con su "todo a cien".
   Hablo del Traga cuchillas, o el Simon dos botes, o tal vez del personaje de la farandula que mas huella dejo en aquella Galicia tan avida de diversion y entretenimiento, El Barriga verde.

   Yo no puedo presumir de haberlo conocido; en mi infancia era el Chacolin con su estaca de repetición (según cual  fuera la compañia de titeres, cambiaba el nombre del personaje, pero para mi todos eran Chacolín), el que en horario de mañana (12,00) y tarde (16,30) durante las fiestas de la ciudad, nos hacia disfrutar a los infantes de sus divertidas y casi siempre moralistas aventuras. Ahora de mayor me entero que mi "heroe" de la infancia, tenia un precedente Gallego en el Barriga Verde, y este a su vez tenia "padres" en Italia, Alemania, Portugal y seguro que en mas paises.

  Pero no voy a ser yo quien os hable de el, sino que van a ser la productora Tintiman y la compañia Viravolta Titeres, que con la colaboracion de la TVG han hecho renacer a este personaje; quienes nos permitan recordarlo.    En breve creo que podremos disfrutar de un esplendido documental (se presento ya en el último Ouff, pero que yo sepa aún no se ha estrenado), del que podeis ver aqui un adelanto.
 Tambien os dejo el enlace a la página de Viravolta titeres, donde teneis abundante e interesantisima información sobre El Barriga verde y su creador don José Silvent. Viravolta Titeres


´José Silvent creó un espectáculo sintético y atrevido´

"Viravolta fue capaz de recuperar lo que hacía su creador con Barriga Verde"


Xaime Iglesias, ayer, durante la presentación de su obra en la Librería Vagalume de Lalín. // Bernabé/Luismy
Xaime Iglesias, ayer, durante la presentación de su obra en la Librería Vagalume de Lalín. // Bernabé/Luismy

xaime iglesias gonzález - Escritor
La Librería Vagalume de Lalín acogió ayer la presentación del libro José Silvent Martínez, o mítico Barriga Verde, editado por Urco Editora. En el evento estuvieron presentes su autor, el marinense Xaime Iglesias González, y el miembro de la compañía de títeres Viravolta, Anxo García. Iglesias narra la historia del mítico artista, que recorrió toda Galicia con su barraca de títeres y sus espectáculos en la primera mitad del siglo pasado.
-¿Por qué eligió la figura de José Silvent para su libro?
-Mi primera aproximación al personaje de Barriga Verde fue porque de pequeño (yo ya tengo cierta edad) veía el espectáculo durante las fiestas de La Peregrina, en Pontevedra, donde me reía mucho. Después, viví en Lérez y tanto José Silvent, al que todo el mundo llamaba Barriga Verde, como su hijo, eran vecinos míos. Recuerdo que me encargaron un artículo sobre él por aquello de ser vecinos y, después, surgió la posibilidad de hacer un libro sobre Silvent, un extremeño que anduvo por Portugal y vino a Galicia a hacer un espectáculo en gallego y con éxito, algo que siempre me fascinó.
-¿Dónde radica la importancia y la innovación en un artista como José Silvent Martínez?
-Él creo el títere y el nombre que le dio suplantó su propio nombre. José trajo a Galicia consigo la ilusión propia de un chico de unos veinte años y el arte del teatro de muñecos que había aprendido en el país luso. Dedicó su vida a ello, y fue el "bonequeiro" gallego más popular del siglo XX. Hizo que todas las especialidades de títeres se llamaran Barriga Verde e incluso que otros titiriteros le copiasen el nombre.
-Es evidente que Silvent ha sido infravalorado por parte de los especialistas en la materia. ¿Su libro pretende acabar con esa injusticia de una vez por todas?
-Lo único que pretendo es explicar al lector que José Silvent sabía transmitir energía y movimiento con una maestría innegable. Su grandeza radica en crear un espectáculo sintético y atrevido para ese momento. Silvent llegó a Pontevedra acompañado por Emerencia, su pareja, oriunda de la ciudad. Ambos establecieron su domicilio en Lérez, parroquia donde había nacido ella y en la que vivieron hasta el fin de sus días. Desde allí, el mítico Barriga Verde se extendió por toda Galicia y, hoy, todo el mundo que alguna vez pudo verlo lo recuerda con cariño. Eso se debe a que su creador dio con la clave para transmitir de manera efectiva su espectáculo.
-¿Qué le parece el trabajo de Viravolta en el aspecto de rendir homenaje a Barriga Verde?
-Viravolta fue capaz de recuperar lo que hacía su creador con Barriga Verde. Para mi, Silvent es un personaje interesante tanto por su azarosa vida como porque todas las referencias personales y verbales que consulté lo califican como un hombre bueno. Además, tenía fama de comprender muy bien a los muñecos en toda su expresión artística, algo poco común en aquellos tiempos por aquí.
-No debió resultarle nada fácil poder llevar adelante su idea renovadora del títere, ¿verdad?
-Es que todo lo que hizo hay contextualizarlo en un momento concreto donde los espectáculos eran escasos. Él creo un personaje mítico desde el punto de vista artístico y personal que ha sobrevivido al tiempo de manera muy digna. El reconocimiento conseguido por el público de varias generaciones se debe sin lugar a dudas a esa energía y a ese movimiento del que hablaba antes, y que hacen de Barriga Verde algo inmortal.


Barriga Verde desembarca no Culturgal

Unha exposición, un posto e unha presentación darán a coñecer o proxecto de recuperación do personaxe

Barriga Verde, o títere máis coñecido do século XX en Galicia, estará amplamente representado no Culturgal, a Feira Galega das Industrias Culturais. Os asistentes ao evento, que se celebra en Pontevedra desde o venres e ata domingo, poderán achegarse a este personaxe no posto da Asociación Cultural Morreu o Demo, onde estará á venda diverso material.
Ademáis, a mostra Onde foi Barriga Verde?, dispoñible para bibliotecas e centros de ensino estará exposta no recinto do Pazo da Cultura durante a duración da feira, a amosar as orixes e a importancia do personaxe. Para rematar, o domingo ás 19 horas unha presentación a cargo de Anxo García, Xaime Iglesias e Germám Ermida darán a coñecer a historia deste boneco e mais o traballo que está a desenvolver a asociación Morreu o Demo para o recuperar.
No esforzo da asociación por reivindicar a figura deste títere tradicional para a sociedade de hoxe, na feira preséntanse varias propostas que inciden no papel subversivo da figura. Así, porase á venda merchandising con representacións do personaxe a pelexar contra a LOMCE, e os asistentes poderán fotografarse co feitío de Barriga Verde canda a personaxes de actualidade. A asociación realizará un sorteo nas redes sociais entre a xente que se fotografíe no stand.
Entre os obxectivos da asociación para esta feira está dar a coñecer o catálogo de actividades e de produtos que pon a disposición da sociedade galega para coñecer máis a fondo a historia de Barriga Verde e das persoas que o fixeron famoso, así como a relación do personaxe coa tradición de títeres europea.
Barriga Verde foi o títere por excelencia de Galicia entre os anos 10 e 60 do século pasado. Os membros da familia Silvent foron os encargados de o levar por todo o país este personaxe, deixando unha fonda pegada na memoria de moitas persoas con expresións como “Morreu o Demo, acabouse a peseta” coa que remataban os espectáculos.

Golpea al cura, se ríe del rey y exaspera al policía. A veces ni siquiera hay en su rostro de madera una expresión identificable, pero su condena de la autocomplacencia lo delata. El semblante de Pulcinella, Guignol, Punch o Kasper, casi marionetas nacionales en Italia, Francia, Inglaterra y Alemania, es siempre la de la irreverencia más clarividente, que el poder intenta neutralizar infantilizando al bufón. Morreu o demo, acabouse a peseta, un documental de la productora Tintimán dirigido por Pedro Solla, revisa esta figura del títere desobediente a través del personaje de Barriga Verde, el fantoche creado por la familia Silvent en los años treinta y el pariente más cercano del Pulcinella napolitano —probablemente, la marioneta europea más antigua— en la tradición galaica.
Si Barriga Verde era gallego, sus orígenes, no
 Si Barriga Verde era gallego, sus orígenes, no. “En la sociedad gallega rural, el único espectáculo de marionetas que existía hasta entonces era el de los ciegos, que cantaban y recitaban acompañados de títeres”, apunta Comba Campoy, productora del documental, grabado entre Barreiros, Pontevedra —donde vive parte de la familia Silvent— Francia, Italia, Portugal y República Checa, para explicar la filiación foránea de Barriga Verde. Inspirado en el don Roberto portugués, el monigote llegó a Galicia cuando en el resto de los países europeos, incluida España con su don Cristóbal, las marionetas como bufón del poder existían desde siglos antes con contenido adulto y tono insumiso.
“Siempre pensé que Punch y Judy [la longeva pareja de títeres del Reino Unido, documentada por primera vez en el siglo XVII y látigo de la rígida moral victoriana] era un espectáculo para adultos. ¡Si está lleno de sexo y violencia!”, reflexiona en el documental Penny Francis, una actriz y profesora británica. Además de los especialistas del teatro de títeres —como Jaroslav Blecha, jefe del departamento de historia del teatro del Museo de Moravia de Brno, en la República Checa— la cinta incluye las voces de Alfonso y Juan, descendientes de la generación que creó Barriga Verde y, como hijos de los inventores, Santiago y José Silvent—el último, el más famoso—, trabajadores de aquella factoría de marionetas que también ofreció espectáculos de variedades y cine ambulante. Ahí viene Martín Corona, la película que unió bajo los focos a Sara Montiel y a Pedro Infante, era garantía de éxito.
La cinta fue grabada en Galicia, Francia, República Checa, Italia y Portugal
La vida nómada de los Silvent, que en invierno dejaban la barraca y recorrían tabernas y salas de baile con un proyector de cine que para muchos niños del campo supuso su primer contacto con la gran pantalla, transcurrió en décadas de autoritarismo. El títere Barriga Verde ganó adeptos durante la dictadura franquista y, al igual que sus hermanos europeos, eligió siempre la lengua propia para sus disputas con la autoridad (en la República Checa, el fantoche Kasperle se mofó siempre en checo, frente al alemán como lengua de prestigio). Las autoridades no prestaban mucha atención a aquellos lances jocosos en los que la viuda alegre, el cura o el indiano acababan ridiculizados, aun cuando su tono era subversivo en comparación con el de El Flecha Juanín, una marioneta dócil nacida en el Frente de Juventudes de Falange.
Barriga Verde hacía aparición en la Pascua de Padrón y, después de recorrer Galicia durante meses, se despedía en octubre en las San Lucas de Mondoñedo, la última cita de la estación festiva, donde coincidía con su hermano Santiago, que conducía por el norte de Galicia su propio Barriga Verde. Los Silvent, una familia de titiriteros que con el tiempo acabaría disgregándose, —aunque los hermanos se repartieron Galicia para seguir por separado con el espectáculo—, recogieron una tradición muy antigua, la de la burla a la autoridad, que antes de en Europa echó raíces en India, China y Japón.
Morreu o demo, acabouse a peseta—con esta frase se despedía de su público el díscolo muñeco después fulminar al diablo de un estacazo— no es el primer intento de rescatar la memoria de Barriga Verde en los últimos tiempos. Hace dos años, Viravolta Títeres —una de las compañías que en los ochenta protagonizó la resurrección del teatro de guante en Galicia, con vocación política y didáctica— reconstruyó el Pavillón da risa, la barraca más célebre de Barriga Verde, que volvió a pisar la feria cuarenta años después de la muerte de José Silvent. “El teatro de títeres es la hermana pequeña del teatro de autor, siempre se la ha mirado por encima del hombro”, lamenta Campoy. La inestabilidad de los Silvent, que siempre cobraban por sus funciones, es hoy más actual que nunca, advierte la productora y actriz. “La fórmula que se genera, ya en la democracia, es la cultura como servicio público y muchas veces sin pagar entrada, así que con los recortes de las administraciones los titiriteros tienen que volver a pasar el gorro”.
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Los mitos y leyendas mágico religiosas y/o heroicas forman parte de las tradiciones y creencias de todos los pueblos del mundo, San Juan de la Maguana tiene los suyos y muy típicos. Aquí vamos a descubrir el origen de la frase  Sanjuanero Barriga Verde  la cual ha identificado al pueblo a través del tiempo.

En 1733 se produjo un terremoto que destruyó la población de Azua. Para ese tiempo los habitantes estaban divididos en dos castas (clases) a una se le llamaba la secundaria que se componía de mulatos, quienes fundaron la nueva ciudad de Azua, mientras que la otra era llamada la primaria, que estaba formada por todos los de piel blanca y ricos, quienes se marcharon para el interior refundando la población de San Juan de la Maguana.

Los azuanos con puerto de mar pudieron mantener una cultura mas avanzada, los sanjuaneros lejos de los centros civilizados, dedicados a la crianza con sus casas dispersas en el gran valle y por el horizonte la majestuosidad de sus montañas, vegetaban en sus riquezas con sus adornos que discrepaban con la elegancia.

Estos habitantes de raza blanca vestían con trajes mal cortados, se acostumbraron a no usar ropas interiores y los botones eran escasos. Usaban camisas entre abiertas y sobre la blancura de la barriga se destacaba el verde reluciente de sus venas, de ahí el origen de la expresión Barriga Verde con que durante muchos años los azuanos  estigmatizaron a los sanjuaneros, y que se ha mantenido a través de los años.

Esta frase se ha utilizado como marca comercial para unos productos lácteos (yogurt, mantequilla) fabricados en esta ciudad y para el diario digital sanjuanero Barriga Vede.Net.

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miércoles, 9 de abril de 2014

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BARRIGA VERDE



¡Eu son Barriga Verde!, ¡Eu son Barriga Verde! (en castellano, '¡Yo soy Barriga Verde!, ¡Yo soy Barriga Verde!'), coreaba aquel hombre subido en una escalera apoyada al lado de una barraca. La verdad no era para menos, Barriga Verde tiene ascendencia francesa, nacimiento extremeño y adopción gallega.

José Silvent Martínez (Santa MartaBadajoz 1886 - 1970), más conocido como Barriga Verde, fue un pionero del espectáculo de marionetas en la Galicia de mediados del siglo XX. Su padre, Joseph Silvent, era un francés natural de Perpiñán y su madre, Josefa Martínez, era natural del mismo pueblo donde nació Barriga Verde. El matrimonio vivió en varias localidades españolas, donde tuvieron varios hijos. Ya en el 1905, con quince años José, pasaron a Portugal, trabajando un tiempo en la ciudad de Oporto, donde parece ser que conseguiría los conocimientos de los secretos de las marionetas a través de los "fantocheiros" y de los "robertos", estos últimos eran un tipo de espectáculo con origen en la Comedia del Arte italiana. También aprendería a modificar su voz introduciendo lengüetas de plata de diferentes grosores en su garganta, una técnica que exigía un gran dominio y que quedó guardada como un secreto profesional, técnica que alternaba con el oficio de trapecista y del cual llegaría a ser un destacado acróbata. 

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Desde allí logró llegar a Pontevedra. Ya en la población de Salvatierra de Miño conoció a Emerenciana Fernández Gómez, con quien acabó casando. La boda se celebró un 23 de enero de 1919 en la iglesia de San Salvador de Lérez. Inicialmente se establecieron en el lugar de Torre (Camino Viejo), luego en la Fontaíña, donde vivieron menos de un año y volvieron de nuevo a la Torre, donde se asentaron definitivamente en la que hoy sería llamada Avenida Leandro del Río. En una casita (que hoy tiene el número 22) la pareja, ya medio estabilizada, comenzó a tener hijos. Su descendencia fue de un total de 8, a los que bautizaron con los nombres de Lucía, Celso, Nieves, Trinidad, Celia, Saladina, Otilia y Alfonso.
Hombre alto, bien parecido y con un carácter pacífico, escondía un lado humano y comprensivo ante las situaciones difíciles de los demás. Con todo, y a pesar de ser humorista, solía ser serio y formal, enemigo de las falacias e incapaz de hacer mal a nadie. Su formación en los estudios fue muy escasa, y sus realizaciones y aún más los éxitos conseguidos se deben tanto a su decidida iniciativa personal, como a su inteligencia natural, el sentido práctico de la vida y una inspiración artística extraordinaria. Uno de los mayores logros de este hombre es que logró adaptarse a la lengua gallega con la perfección necesaria como para realizar su espectáculo de marionetasen Galicia, país que sin duda se convirtió en el suyo. Desde muy joven se sintió atraído por la farándula (la misma profesión que tenían sus padres) y actuó en las mejores fiestas y romerías de Galicia.
Después de una vida entregada de lleno al espectáculo, José Silvent se retiró de la farándula y dejó sus marionetas. Ya tenía bastantes años, ya había divertido muchas generaciones. Corría el año 1964 y Manuel, el nieto que gradualmente había ido supliendo las carencias de José, tenía que entrar en el servicio militar obligatorio y Alfonso decidió no continuar con el teatro él sólo. Luego, Barriga Verde se convirtió en la resonancia de un tiempo lejano y perdido de un espectáculo singular, humorístico e imaginativo. Aunque José Silvent vivirá unos años como jubilado. En el año 1967 le dio una parálisis y en el 1970 fallece dejando tras de sí el recuerdo imborrable, la risa satisfecha, la alegría graciosa, su humanitarismo, su arte, su humor, su creatividad y el aplauso cerrado de un público que lo admiraba por su sencillez. En definitiva, un hombre que fue conocido bajo los apodos de Traga Estopa (en Lugo), Xosé o dos Monecos (en castellano, José el de los Muñecos) (Pontevedra), pero en toda Galicia como: Barriga Verde.

EL ESPECTÁCULO.
Silvent, a pesar de tener mucho prestigio nunca se permitió la licencia de eludir el impuesto que se le ponía por el puesto ocupado por la atracción. Los citados impuestos oscilaban entre mil y quince mil pesetas, según las épocas y las localidades, siendo la ciudad de Lugo la más cara. Es de destacar que en algunos sitios, como en las fiestas de la Ascensión en Santiago, le reservaban a Barriga Verde siempre el mismo sitio y no le cobraban nada, pues era impensable esta fiesta sin el espectáculo de Barriga Verde. De la misma forma, el precio al público de cada sesión no fue siempre el mismo. En un principio valía diez céntimos, luego una peseta, en los últimos años de la década de los cincuenta ya costaba tres pesetas y al final de la actividad de Barriga Verde (1964) hacía falta un duro para disfrutar del espectáculo. Unos treinta minutos duraba cada sesión del Teatro y Melodías de España. A lo largo de la tarde podían ofrecerse varias sesiones, según la demanda de público, de tal manera que en los días de mayor afluencia las representaciones eran continuas.
Como reclamo publicitario, el propio José Silvent se vestía de payaso y, otras veces, aunque muy raras, de arlequín, acompañado de los redobles de tambor de Alfonso. También había veces que ponía estopa en la boca con un cigarrillo encendido en medio, de tal manera que al soplar figuraba que echaba fuego por la boca. Otras veces simulaba tragar la estopa y de ahí le viene el nombre de Traga Estopa con el que se conocía a las afueras de Lugo. Animaba al público a entrar mientras decía a toda voz:
"Pasen, señores pasen,
a función está a comezar.
Hai quen se queda fora?
¡Pois si que estamos listos!"

En castellano,
"Pasen, señores pasen,
la función va a comenzar.

Hay quien se queda fuera?
¡Pues si que estamos listos!")
En cuanto al reparto de una sesión del espectáculo que se ofrecía en el Teatro y Melodías de España varió a lo largo del tiempo, pero se puede estructurar de la siguiente manera: primero se ofrecía canción española, algunas veces acompañada de baile, a continuación, un breve espectáculo de equilibrismo y malabarismo, por último, venían las marionetas con los que la familia Silvent conseguía la mayor popularidad.
Los personajes creados por Silvent, aunque sencillos, estaban bien caracterizados y se articulaban en una estructura comunicativa simple, semejante, con las debidas diferencias, a la de los cuentos infantiles, donde la trama constaba de las tres partes típicas que iban desde acontecimiento inicial hasta el desenlace en que Barriga Verde siempre tenía un tono divertido y gracioso. Generalmente solían ser personajes extraídos de la misma vida cotidiana, simples, aunque disparatados, habilidosos unos, torpes otros, pero siempre enredadores y sobre todo cómicos. Como por ejemplo, Traga Estopa era el mejor publicista, El Demonio era el más malo, El Portugués el más fantoche, Toro por el Rabo el más inocente, El Cura el más interesado, Rosiña la más fingida. Normalmente todos ellos tenían enfrente a Barriga Verde que se caracterizaba por ser el más bueno, el más sensato, el más hábil, el más natural, el más ingenioso, en una palabra, el mejor. Era el personaje principal.


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Si lo fueramos a recordar en algunos aspectos, podríamos decir lo siguiente: las obras que Barriga Verde representaba con marionetas eran cortas, variadas y siempre llenas de gracia con cierto grado de picaresca y en ellas el personaje de Barriga Verde era el inteligente, el audaz, el protagonista frente a los personajes secundarios. Citaremos unos ejemplos:
  • En el Xogo do Pau (en castellano, Juego del Palo) (una pieza corta de mucha aceptación por el público), en la que se establecía un diálogo entre un portugués y un gallego -Barriga Verde- obviamente más hábil, quien, al final, lanza al portugués por los aires en medio del aplauso del auditorio.
  • En el Enterro da viuda alegre (en castellano, Entierro de la viuda alegre) (una parodia), Barriga Verde se enfrenta a Manuel, un orgulloso rico llegado del Brasil, al que le sigue el Xogo da Pelota (en castellano, Juego de la Pelota) (un diálogo entre comparsas utilizando un palo en la realidad), y bajo la voz de: ¡Pelota vai!, ¡Veña xa! (en castellano, ¡Pelota va!, ¡Venga ya!). Manuel muere y Rosita, su mujer, finge sentir mucho dolor por la muerte de su marido, pero termina casándose con Barriga Verde.
  • En Toro polo Rabo (en castellano, Toro por el Rabo), Barriga Verde es torero. Mata al toro y el protagonista quiere cerciorarse de que está realmente muerto. Para ello intenta escuchar si le late el corazón para lo cual, absurdamente, le levanta el rabo y dice: ¡Está podre, non serve para nada! (en castellano, ¡Está podrido, no sirve para nada!).
  • En O cura (en castellano, El cura), Barriga Verde le pregunta al final: Vostede en que quere cobrar, en papel ou en moedas?; Eu quero prata (en castellano, Usted en que quiere cobrar, en papel o en monedas?, Yo quiero plata). Dice el cura, Canto quere?. Trinta pesos (en castellano, Cuanto quiere?. Treinta duros) y Barriga Verde, con la gracia que lo caracterizaba le dice: Pois tome. Un, dous, tres... (en castellano, Pues tome. Uno, dos, tres...) Y le daba treinta palos en la cabeza.
  • En O enterro fatal (en castellano, El entierro fatal), Barriga Verde va todo contento canturreando en el sarcófago lo de ¡Eu son Barriga Verde! ¡Eu son Barriga Verde!, ¡E vou para o ceo! (en castellano, ¡Yo soy Barriga Verde! ¡Yo soy Barriga Verde!, ¡Y voy para el cielo!). Decía esto mientras levantaba la cabeza. Con cambios de los efectos en el escenario, Barriga Verde aparece sentado sobre el sarcófago diciendo: ¡Eu xa non son Barriga Verde!, ¡Eu xa son Barriga Madura! (en castellano, ¡Yo ya no soy Barriga Verde!, ¡Yo ya soy Barriga Madura!).
Estos son algunos ejemplos del espectáculo de marionetas que Barriga Verde representaba, además de otras piezas como por ejemplo: O Barbeiro de Sevilla (en castellano, El Barbero de Sevilla) y Traga Estopa. Con todas ellas, Barriga Verde divertía e ilusionaba al público por lo menos en el tiempo que duraba una sesión. Quizás la más conocida fuera O demo (en castellano, El demonio), que acababa de este modo: Señores, morreu o demo, acabouse a peseta (en castellano, Señores, murió el demonio, se acabó la peseta), que era el precio de la entrada en aquel momento. Actualmente aún se puede decir que este hombre podría tener una singularidad con el futuro, si atribuimos a su obra que acaba con la realidad, es bien singular "acabouse a peseta", pues ya estamos con los euros.

LA BARRACA Y LAS MARIONETAS.
La barraca de Barriga Verde (allá por los años treinta) era una simple sábana y una cuerda cómo única puesta en escena, luego comenzó siendo una simple lona vertical que se colgaba entre dos paredes contiguas de una plaza. Conforme la economía iba mejorando, la barraca también ya que acabaría siendo de madera y contaría con un automóvil para su transporte. Como era habitual, la barraca fue ideada por Barriga Verde, que contó con la colaboración de la familia y, como no, de un carpintero de Lugo que se encargaría de hacerla en el año 1949.
Al principio el medio de transporte con el que se desplazaba por las localidades consistía en dos carros (de cuatro ruedas cada uno) tirados por dos caballos (cada carro). Conforme la economía crecía y los miembros de la familia contribuían, Silvent compró una furgoneta Fiat a la que le siguieron: un Chrevrolet, un Dodge y un Barreiros (este ya más tirando a camión). La barraca de Silvent, ya empezaba a contar con camerinos, escenario, espacio para bancos y gradas al fondo, con un aforo de casi 100 personas. Luego le agregó otras dependencias, como la cocina y el cuarto, y acabó modernizándola (luz eléctrica, una avanzada megafonía formada por amplificador, altavoces y micrófonos). La pequeña barraca, posiblemente fue la primera que utilizó la gramola con altavoces en las romerías.
En el exterior, la barraca solía tener un porche de cuatro columnas coronado con una especie de tímpano. De entrada, la barraca de Silvent tenía una decoración alusiva a los distintos números de espectáculos, y en un principio llevaba rotulado el nombre de la barraca "Teatro y Melodías de España", pero dada su condición se le añadió "espectáculo culto e moral" (en castellano, espectáculo culto y moral) (por una parte) y "O auténtico Barriga Verde" (en castellano, El auténtico Barriga Verde) (por la otra) lo que demuestra que tuvo imitadores.
Para hacer los muñecos, Silvent demostró tener una mano muy artesanal. Los concebía, los elaboraba esculpiendo a partir de un madero, les daba colores y una vestimenta idónea y, luego los manipulaba delante de la gente. Las voces de los diferentes personajes también las hacía Barriga Verde, para esto se ayudaba de lengüetas de plata colocadas en la garganta de tal manera que no lo ahogaran ni le impidieran mover la lengua para hacer hablar a la marioneta. Emerenciana ayudaba a poner las voces femeninas.


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La mayoría de los hijos del matrimonio colaboraron en la empresa (luego algunos de ellos escogieron otras alternativas cuando se les presentó la ocasión). Saladina y Celia, mientras no se casaron, cantaban y bailaban, en especial canción española, haciendo un magnífico espectáculo. Simultáneamente, el nieto Arsenio, hijo de Nieves, actuaba en el Teatro y Melodías de España bailando encima de dos cilindros colocados perpendicularmente al mismo tiempo que realizaba una serie de malabarismos con aros y otros elementos. El nieto Manuel, hijo de Nieves, ayudaba a Barriga Verde en el manejo de los muñecos y en la ejecución de las voces, progresivamente fue adquiriendo protagonismo en el espectáculo a medida que José iba perdiendo fuerzas. Alfonso era el técnico del montaje, del sonido y de la iluminación, y también ponía la voz, pero sin utilizar ninguna lengüeta.

ORGANIZACIÓN.
El recorrido de Barriga Verde eran fiestas y romerías de toda Galicia (fiestas como el San Froilán de Lugo, la Ascensión de Santiago, la Peregrina de PontevedraMaría Pita de La Coruña y el Corpus Christi de Orense, entre otras muchas), fundamentalmente en el verano.
Emerenciana, la mujer de José, era el cerebro de la empresa. Ella se encargaba de gestionar los permisos, de acudir a las subastas de los puestos, de participar en la propaganda. Además se ocupaba de la contabilidad y cuando los hijos se fueron y los nietos no eran suficientes o no estaban disponibles, también se encargaba de buscar personal para el espectáculo que se contrataba normalmente por un verano.
En cuanto a José, él se encargaba del espectáculo de humor. Con la gracia y el ingenio con que están concebido los muñecos, sus diálogos, llenos de agudeza y la destreza con que son manejados, provocaban en el públicola risa y la alegría. Pero además el espectáculo de Barriga Verde se preciaba de culto y moral tal y como rezaba en la cabecera de la barraca. Pues en aquellos tiempos la censura era un elemento condicionante de muchas actividades. Ahora bien, en efecto, José Silvent y sus hijos idearon un espectáculo en un tiempo (años cuarenta y cincuenta) en que la cultura gallega estaba proscrita, en donde las funciones de Barriga Verde no aparecían destapes ni canciones obscenas, ni palabras malsonantes en concordancia con los gustos oficiales de la época. Este hecho puede interpretarse como una concesión del régimen franquista a un espectáculo popular, sencillo y de contenido desenfadado que tenía cómo única misión divertir a los espectadores en una de las épocas de más dificultades de nuestra historia. Aquí, Silvent siempre demostró conseguir mayor interés y atención del auditorio, Barriga Verde incorporaba a los diálogos de los personajes elementos de actualidad y sucesos de tipo local, lo que significa que debía estar al corriente de las noticias importantes y de los acontecimientos próximos. Además presupone que las obras iban a variar de una localidad a otra en ciertos detalles más o menos puntuales. Pero la variación del contenido de los diálogos no se debe sólo a las noticias del momento, sino también la que José Silvent no escribía sus obras. Él creaba los personajes, los caracterizaba con la vestimenta y con la voz, imaginaba los movimientos y concebía los diálogos, pero todo quedaba en el su cerebro. Después, transmitía oralmente toda la composición a los colaboradores que con él iban a realizar el espectáculo.


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Aunque la actividad de Barriga Verde era fundamentalmente en el verano, el año era muy largo y la familia tenía que ir hacia adelante. En el invierno, José Silvent seguía activo haciendo proyecciones de cine por las villas y aldeas, principalmente por la provincia de Pontevedra, donde se le llegó a conocer con el sobrenombre de Xosé o dos Monecos (en castellano, José el de los Muñecos). Él fue el introductor responsable del cine en muchos lugares de Galicia. En un principio, eran películas mudas y más tarde fueron sonoras. Las proyecciones de cine eran otro medio de diversión y disfrutaban de popularidad igualmente. Para la proyección de las películas no usaba la barraca, sino que lo hacía en locales disponibles e incluso en cobertizos de alguna manera habilitados e iluminados con la luz producida por un generador que funcionaba con carburo y oxígeno.

RELEVANCIA POSTERIOR.

En el 1968 Manuel María publicaba Barriga Verde, un texto teatral en el que recuperaba personajes y situaciones del espectáculo, sin que surgieran iniciativas para evitar el olvido de esta figura. Sin embargo, desde hace ya varios años, son cada vez más las voces que reclaman la recuperación y valoración de esta aventura única en la cultura de nuestro país. Silvent recibió un homenaje en Lérez, y una calle de nueva apertura recibió en 2006 su popular apodo como nombre. Esta calle está situada muy cerca de su casa, cerca del Teleclub de Lérez.
El primer número de Bululú. A revista dos Títeres (en castellano, Bululú. La revista de los Títeres) dedicaba un amplio reportaje a Barriga Verde, y en octubre de 2001 homenajeó a Silvent en el marco del Festival Internacional de Títeres de Compostela. En julio del 2003 el Instituto Galego de Artes Escénicas e Musicais (en castellano, Instituto Gallego de Artes Escénicas y Musicales) (IGAEM) creaba el I Premio Internacional para Textos de Teatro de Títeres Barriga Verde. Y la memoria continúa con la compañía Viravolta Títeres1 , que ha recuperado la barraca de Teatro y Melodías de España, recuperando y adaptando la obra de la familia Silvent. Por su parte, Xaime Iglesias ha elaborado una biografía sobre el personaje. Además la productora Tintimán Audiovisual ha realizado el documental Morreu o Demo, acabouse a peseta2 en el que repasa tanto la historia de José como de su hermando Santiago y sus descendientes, indagando en las conexiones europeas de la obra.

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Estas iniciativas han cristalizado en 2013 en la creación de la Asociación Cultural Morreu o Demo para a Recuperación do Títere Tradicional Galego3 , que está iniciando su trabajo para difundir y recuperar esta figura. Su primera actuación pública ha sido la edición de un libro-DVD4 que recoge el documental de Tintimán Audiovisual acompañado de varios artículos sobre Barriga Verde y el mundo del títere tradicional.
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