miércoles, 28 de mayo de 2014


San Froilán 2010

Hijos de Barriga Verde


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10/10/2010 - Mar M. Louzao / El Progreso (Lugo)
Para Juan y Alfonso Silvent, la reproducción de Barriga Verde instalada en la Praza da Soidade significa un homenaje a su familia y un emotivo regreso a los orígenes, y esto en el sentido más literal. Los dos nacieron bajo el escenario de la popular barraca que durante décadas recorrió Galicia, aunque no se trataba de las mismas tablas. Juan es el más joven de los doce hijos de Santiago Silvent, que movió el espectáculo ‘Pabellón de la risa’ por la zona norte; mientras que Alfonso es uno de los siete descendientes de José Silvent, que se prodigó más por la zona sur con ‘Melodías de España’ y a quien tradicionalmente se vincula con Barriga Verde. Las barracas, así, eran dos y la esencia de ambas se ha combinado en el montaje que hasta el día 12 recupera esta parte de la historia en la Praza da Soidade.
Juan vino al mundo la víspera de San Froilán del año 40 y lo inscribieron en el registro el 16 de octubre en Mondoñedo, la siguiente parada en la tourné de fiestas lucenses tras la capital. Alfonso nació en Vigo, donde lo bautizaron, aunque luego se crió en Pontevedra, en la casa que tenía allí la familia. Los dos observaron ayer emocionados la reconstrucción de la barraca en la que pasaron su infancia y gran parte de su juventud. «Estou moi agradecido a quen fixo este traballo, moi emotivo para min», reconocía Juan. La iniciativa partió de la Diputación Provincial.
A medida que iban creciendo, los hijos se incorporaban al espectáculo e iban aprendiendo distintas facetas del oficio. Juan, por ejemplo, tocaba ‘A Rianxeira’ y otras piezas populares con botellas o se cambiaba de ropa sobre un rulete, «unha mesa apoiada sobre catro rulos». Después, «tocaba facer o guiñol». «Foi unha época moi bonita», recuerda, y dice de su padre que sobre todo les exigía una cosa: «Que non quería ter unha queixa de que faltara unha mazá dun árbol».
La vida de Alfonso no fue muy distinta en la barraca de su familia. También se incorporó al espectáculo desde muy pequeño y así recorrió la geografía gallega . «Íbamos dunha festa a outra e en todos os pobos eramos ben recibidos. Estaban a esperar por nós, porque daquela non había nada máis», recuerda. Los tiempos no eran fáciles, pero «nunca faltou o pan na mesa». La barraca de su familia funcionó hasta el año 1964 -la de Santiago Silvent ya había desaparecido para entonces-.
En los dos casos, Barriga Verde era el espectáculo que llevaban a los pueblos y ciudades en verano; el resto del año cambiaban los personajes de la barraca por la pantalla de cine: mudo primero, y sonoro después. Ésta fue la ocupación con la que continuaron después del fin de Barriga Verde.
Alfonso aún conserva uno de los primeros proyectores de cine mudo. El celuloide siempre tuvo mucho tirón en los pueblos. «Ían aínda que chovera», recuerda. Pero no a todos les interesaba la misma película: «Os vellos ían polo cine, pero os novos polo baile; era unha alegría para eles».
Tras la desaparición de las barracas, cada miembro de la familia tiró por donde pudo y muchos siguieron en el sector de los puestos de feria. En el caso de Alfonso, se dedicó a las proyecciones hasta 1970, cuando murió su padre. «Despois seguín na festa cunha caseta de tiro ao pichón ata o ano 75». Se pasó luego al comercio, pero sin dejar la itinerancia, y montó un puesto de ropa y juguetes con el que recorrió los mercados hasta que se jubiló. Fue entonces que dejó este peculiar nomadismo que, sin embargo, añora. «Pasabámolo moi ben», dice.

“BARRIGAVERDE” Y MONDOÑEDO

Por razón de edad, no me acuerdo del famoso espectáculo de “Barrigaverde”, el cual venía todos los años a Mondoñedo a animar las famosas Ferias y Fiestas de San Lucas. La primera noticia que conocemos de la colocación de la barraca del popular “Barrigaverde” en el Campo de Los Remedios de Mondoñedo data del año 1924.
De lo que me acuerdo perfectamente es de la estancia en las Ferias de la ruidosa “Tómbola Carmiña” y del “Salón de Tiro Luciano”, emparentados con la familia propietaria del espectáculo “Barrigaverde”
Muchos vecinos de Mondoñedo, cercanos a los sesenta años, comentan anécdotas de este espectáculo, de sus actuaciones etc. Incluso alguno asegura que fue el primer artista que vió hacer usó del método “playback”, tan arraigado actualmente en orquestas y espectáculos; a pesar de su fama y elevado caché.
Había que aguzar el ingenio para poder comer, y por eso la gente hacía uso de todos los procedimientos imaginables. Los componentes del espectáculo “Barrigaverde” eran muy apreciados y queridos por los mindonienses.
Según el periódico El Progreso, ya actuaba en las fiestas del San Froilán del año 1919 y fuera su iniciador José Silvent. Pocas imágenes hemos contemplado de su espectáculo, pero si escuchado muchos comentarios. Lo que desconocíamos la mayor parte de mindonienses es que durante la estancia del espectáculo de “Barrigaverde” en Mondoñedo, con motivo de las Ferias y Fiestas de Las San Lucas del año 1948, le falleció su hija Purificación Silvent Suárez, que contaba en aquellos momentos con treinta y siete años de edad(1). El Campo de Los Remedios se llenó de tristeza aquella tarde del 20 de octubre de 1948. La componente de la familia “Barrigaverde” fue enterrada el día 21 en el camposanto mindoniense. Transcurrido el tiempo, sus restos mortales fueron recogidos por sus familiares del cementerio viejo de Mondoñedo.
Este año, con motivo de las Ferias y Fiestas de San Lucas, fue colocada en la plaza de nuestra catedral una carpa con un espectáculo de títeres “Barrigaverde”, que tuvo una gran aceptación por parte del público.
A mediados de los años sesenta del pasado siglo, cuando se retira por razón de edad el último Silvent, también se retira el muñeco de las ferias y cae el espectáculo en el olvido.

(1)- Purificación Silvent Suárez, de 37 años de edad, casada en segundas nupcias con Eduardo Casal, natural de Neda. Era hija de Santiago Silvent y de Encarnación Suárez, naturales de Santiago de Compostela. Le quedaban de su primer matrimonio dos hijos llamados Manuel y Eligio.
(Archivo Parroquial de Los Remedios, libro de defunciones 1936/58, folio 148 vuelto)

martes, 27 de mayo de 2014


Memoria e perda de Barriga Verde




Foi unha das escasas mostras de artes escénicas en galego durante o franquismo e un referente da memoria colectiva do século XX no noso país. Unha expresión teatro popular que agocha detrás toda unha historia vital e familiar e que está estreitamente vencellada a figuras semellantes espalladas por todo o planeta. O documental Morreu o demo acabouse a peseta recupera a historia Barriga Verde e amosa a precaria situación da memoria encol deste patrimonio.

Teaser de Morreu o demo, acabouse a peseta
A barraca Melodías de España, que percorreu o país entre os anos 20 e os final dos 60 da man da familia Silvent, amosaba, ao igual que outros espectáculos itinerantes unha mestura de xéneros. Cancións, acrobacias, e, a certa altura o cinema eran algúns dos entretementos ofertados. No entanto, o seu risco diferencial era o espectáculo de títeres de luva protagonizado por Barriga Verde. “O resto do espectáculo era unha especie de recreación de números de Estrellita Castro ou Lola Flores e algúns exercicios circenses”, lembra Pedro Solla, director de Morreu o demo acabouse a peseta

Os múltiples barrigas verdes
Unha das sorprendentes descobertas que achega Morreu o demo acabouse a peseta é que o Barriga Verde que quedou na memoria de varias xeracións de galegos, na realidade correspondía a dous, e mesmo tres espectáculos diferentes. “Nun primeiro momento José Silvent, o máis coñecido dos titiriteiros, iniciou o espectáculo cos irmáns Santiago e Julia, pero despois separáronse, e José seguiu representando pola zona de Pontevedra, Santiago pola Mariña e Lugo e Julia, aínda que por pouco tempo, por Ourense”. Finalmente, José ocupouse tamén desta área, quedando durante moitos anos repartido o país entre as dúas compañías que, con cadanseu espectáculo e barrca, percorrían feiras e eventos. “Nalgúns momento ata coincidían os dous nun mesmo sitio, sobre todo no San Froilán de Lugo, e mesmo había certa competencia”.

Unha historia internacional
Para alén de rescatar o testemuño dos descendentes daqueles Silvent que iniciaron o negocio, o documental afonda de xeito especial no parentesco internacional e nas fondas raíces do espectáculo de Barriga Verde. E é que falamos dun personaxe e dunha obra que teñen equivalente moi próximos en toda Europa e mesmo no Norte de África, na India ou en Xapón. Pulcinella en Italia, Punch en Inglaterra, Guignol en Francia, Kasper na República Checa ou os xa mentados Robertos portugueses son os nomes internacionais para unha representación que se amosa universal e que repite os esquemas. “Parecíanos interesante por todo isto en relación e non deixar Barriga Verde como un fenómeno cultural e artístico independente, senón vencellalo a unha tradición que está apegada á evolución do home. Queremos que se valore Barriga Verde como algo que está no acervo popular da humanidade, non é un fenómeno local nin tan sequera europeo”. 

Rebeldía
Tal e como comenta Solla, “existe un espírito subversivo que semella algo inconsciente pero que é común a todos eles, e mesmo escenas que se comparten a nivel continental. Hai unha serie de contrincantes do protagonista aos que o Barriga Verde ou Pulcinella ten que se sobrepor e que dalgún xeito supoñen unha opresión”. Deste xeito, e tal e como sinala Bruno Leone no documental, “hai unha dimensión alegórica, primeiro enfróntase ao animal como medo primixenio, logo preséntase o medo ao igual, ao propio irmán, que no caso de Barriga Verde sería o Portugués e noutros o verdugo ou o mafioso. E despois están as figuras de autoridade como os representantes da policía e da igrexa”.

Antecedentes directos
Chama a atención que sendo o protagonista do espectáculo, resulta curioso que o personaxe de Barriga Verde non contase cun monicreque fixo para o representar. “Así o afirman os descendentes e nós non o pomos en dúbida”, sinala Solla. “A liña máis plausible é que Barriga Verde xorde do espectáculo dos Robertos en Portugal, e estes son uns personaxes que non posúen unha fisionomía definida. O que definía o protagonista eran as propias escenas e logo a palleta que empregaban e que lle daba ao personaxe a súa característica voz aguda”. O feito de que os Silvent, de orixe estremeña, vivesen un tempo en Portugal e que fose alí onde iniciasen a súa andaina cos monicreques, afortala esta idea.

A memoria fráxil
Malia a que o espectáculo rematou hai relativamente poucos anos, e da sona conseguida, a memoria de todo o que foi Barriga Verde transmitiuse de xeito fragmentario, mesmo entre os propios protagonistas. “A memoria sobre o espectáculo esmoreceu moito máis do que pensabamos cando iniciamos o proxecto. Nin Alfonso, en Lérez, nin Juan na Devesa (Ribadeo), que son os fillos menores dunha saga moi longa teñen moitas lembranzas. Hai moitas partes da evolución do espectáculo e da barraca, ou da propia historia da familia que fica no esquecemento. Juan nin se lembra dos bonecos porque era moi novo, e os irmáns maiores xa non viven”. Nese esquecemento interveñen, entre outras cuestións, os propios mecanismos da memoria. “Hai moita xente, por exemplo en Lérez, que lembra Barriga Verde, pero sempre teñen máis de setenta anos, e resulta unha memoria algo feble. Hai quen lembra o espectáculo con ideas algo diferentes a como era, e polos mecanismos da memoria, moita xente lembra o anuncio de que chegaba a barraca pero non é capaz de describir os espectáculo, como se non chegase a saber dos bonecos”. O relativamente rápido esmorecemento da lembranza de Barriga Verde ten moito que ver, segundo Solla, coa propia consideración que tiña en xeral o teatro de monicreques ao longo do século XX no noso país. “Sempre foi considerado unha cousa de segunda ou de terceira a nivel cultural, e para os propios protagonistas era un xeito de gañar a vida, non o consideraban como algo a valorar e que, cando deixou de ser rendible, foi abandonado. Ademais, nunca se fixo ningún esforzo por recuperar isto desde instancias culturais. Desde que fechou ata que apareceu a política pública cultural a partir dos anos oitenta, pasou tempo abondo para que esmorecese”.

Perda e recuperación
De feito, no filme amósase como noutros países existen investigadores, museos ou centros dedicados aos monicreques, así como compañías que manteñen viva a tradición deste personaxe. Fronte a isto, no caso galego apenas existe a memoria familiar e popular de Barriga Verde e os escasos restos materiais conservados esmorecen en faiados. Precisamente, un dos fíos que segue o documental é o esforzo por recuperar a memoria deste espectáculo e por pór a andar unha nova barraca de Barriga Verde que veu desenvolvendo nos últimos anos Títeres Viravolta, e que viu a súa culminación coa estrea do espectáculo reconstruído nas festas do San Froilán de 2010. É de agardar que a difusión deste documental contribúa a dar a coñecer a figura e que multiplique as ocasións de se achegar e de coñecer mellor esta figura universal da cultura galega.
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Un libro recupera la figura de Barriga Verde, el titiritero más famoso del siglo XX en Galicia

Alejandro Espiño
Por Alejandro Espiño


Presentación del libro sobre Barriga Verde en el Concello de Pontevedra
CC BY-NC-SA PontevedraViva
José Silvent Martínez fue uno de los titiriteros más famosos de Galicia en el siglo XX. Aunque por su nombre, quizá muchos no le conozcan. Se hizo popular bajo el seudónimo de Barriga Verde. Extremeño de nacimiento, pero gallego de adopción, estuvo muy unido a la parroquia de Lérez, a la que llegó con apenas 20 años. Ahora, un libro escrito por Xaime Iglesias y en el que colabora la Asociación Cedofeita y el Concello de Pontevedra, recuerda su figura.
El libro, cuyo título es José Silvent Martínez, o mítico Barriga Verdeserá presentado el próximo martes 1 de octubre a las 20.00 horas en la Casa das Campás.  En él se narra la historia de este mítico artista que recorrió toda Galicia con su barraca de títeres y sus espectáculos en la primera mitad del siglo pasado. "Foi sen dúbida o mellor no seu e co valor engadido de que non era galego e facía os seus espectáculos en galego", señaló Xaime Iglesias.
Y todo ello en una época en la que los titiriteros "eran xente despreciada por depravados e mala xente". Pero según el autor del libro, Barriga Verde "foi un mito tanto a para o público como para o resto dos titiriteiros", principalmente porque "manexaba moi ben os bonecos e facíalles as voces cunha palleta e porque os seus eran espectáculos humildes e estaban acompañados por varietés e números de circo".
Su gran éxito fue, explicó Iglesias, crear un muñeco al que dio el nombre de Barriga Verde.Fue tan popular que acabó siendo conocido por ese sobrenombre. Y actuar en gallego "fixo que se aproximase moito á xente", algo que hizo, dijo, "de xeito natural, non foi premeditado, foi un compromiso coa terra que o adoptou". Con él logró que Galicia fuese incluída en el circuito del títere europeo, relacionada con la comedia de arte italiana. 
Contaba con el favor del público y eso le permitió "certa independencia" con respecto a la censura, con la que no tuvo problemas "porque procuraba levarse ben cos curas, os alcaldes ou os gardas civís, que lle asinaban certificados de boa conduta", a pesar de que sus espectáculos eran algo irreverentes. "Era moi hábil, todos os rótulos os tiña en castelán e nunha esquina poñía que era un espectáculo culto e moral", explicó Iglesias.
Para más detalles sobre el libro, Xaime Iglesias emplaza a su presentación. Eso sí, aclara quese trata de un trabajo realizado "con moito agarimo, pero sen fuxir do rigor" y que sus fuentes de información fueron documentos familiares, restos que se conservan de las barracas y su atrezzo, discos y muñecos, referencias en periódicos escritos y a la información oral facilitada por personas que presenciaron sus espectáculos.

Barriga Verde "Morreu o demo, acabouse a peseta"

Fotografía de la Web de la compañia Viravolta Titeres
   Al hilo de la entrada de ayer, me contaba Lisardo que en el entorno de las barracas, recuerda a personajes singulares de Ourense, que durante el periodo festivo se mezclaban con otros foraneos que acudian para colaborar a divertir a nuestros vecinos; no me refiero a los otros inquilinos de barracas como  Clemente con su libreria, o el Paco tres Cadelas con su "todo a cien".
   Hablo del Traga cuchillas, o el Simon dos botes, o tal vez del personaje de la farandula que mas huella dejo en aquella Galicia tan avida de diversion y entretenimiento, El Barriga verde.

   Yo no puedo presumir de haberlo conocido; en mi infancia era el Chacolin con su estaca de repetición (según cual  fuera la compañia de titeres, cambiaba el nombre del personaje, pero para mi todos eran Chacolín), el que en horario de mañana (12,00) y tarde (16,30) durante las fiestas de la ciudad, nos hacia disfrutar a los infantes de sus divertidas y casi siempre moralistas aventuras. Ahora de mayor me entero que mi "heroe" de la infancia, tenia un precedente Gallego en el Barriga Verde, y este a su vez tenia "padres" en Italia, Alemania, Portugal y seguro que en mas paises.

  Pero no voy a ser yo quien os hable de el, sino que van a ser la productora Tintiman y la compañia Viravolta Titeres, que con la colaboracion de la TVG han hecho renacer a este personaje; quienes nos permitan recordarlo.    En breve creo que podremos disfrutar de un esplendido documental (se presento ya en el último Ouff, pero que yo sepa aún no se ha estrenado), del que podeis ver aqui un adelanto.
 Tambien os dejo el enlace a la página de Viravolta titeres, donde teneis abundante e interesantisima información sobre El Barriga verde y su creador don José Silvent. Viravolta Titeres


´José Silvent creó un espectáculo sintético y atrevido´

"Viravolta fue capaz de recuperar lo que hacía su creador con Barriga Verde"


Xaime Iglesias, ayer, durante la presentación de su obra en la Librería Vagalume de Lalín. // Bernabé/Luismy
Xaime Iglesias, ayer, durante la presentación de su obra en la Librería Vagalume de Lalín. // Bernabé/Luismy

xaime iglesias gonzález - Escritor
La Librería Vagalume de Lalín acogió ayer la presentación del libro José Silvent Martínez, o mítico Barriga Verde, editado por Urco Editora. En el evento estuvieron presentes su autor, el marinense Xaime Iglesias González, y el miembro de la compañía de títeres Viravolta, Anxo García. Iglesias narra la historia del mítico artista, que recorrió toda Galicia con su barraca de títeres y sus espectáculos en la primera mitad del siglo pasado.
-¿Por qué eligió la figura de José Silvent para su libro?
-Mi primera aproximación al personaje de Barriga Verde fue porque de pequeño (yo ya tengo cierta edad) veía el espectáculo durante las fiestas de La Peregrina, en Pontevedra, donde me reía mucho. Después, viví en Lérez y tanto José Silvent, al que todo el mundo llamaba Barriga Verde, como su hijo, eran vecinos míos. Recuerdo que me encargaron un artículo sobre él por aquello de ser vecinos y, después, surgió la posibilidad de hacer un libro sobre Silvent, un extremeño que anduvo por Portugal y vino a Galicia a hacer un espectáculo en gallego y con éxito, algo que siempre me fascinó.
-¿Dónde radica la importancia y la innovación en un artista como José Silvent Martínez?
-Él creo el títere y el nombre que le dio suplantó su propio nombre. José trajo a Galicia consigo la ilusión propia de un chico de unos veinte años y el arte del teatro de muñecos que había aprendido en el país luso. Dedicó su vida a ello, y fue el "bonequeiro" gallego más popular del siglo XX. Hizo que todas las especialidades de títeres se llamaran Barriga Verde e incluso que otros titiriteros le copiasen el nombre.
-Es evidente que Silvent ha sido infravalorado por parte de los especialistas en la materia. ¿Su libro pretende acabar con esa injusticia de una vez por todas?
-Lo único que pretendo es explicar al lector que José Silvent sabía transmitir energía y movimiento con una maestría innegable. Su grandeza radica en crear un espectáculo sintético y atrevido para ese momento. Silvent llegó a Pontevedra acompañado por Emerencia, su pareja, oriunda de la ciudad. Ambos establecieron su domicilio en Lérez, parroquia donde había nacido ella y en la que vivieron hasta el fin de sus días. Desde allí, el mítico Barriga Verde se extendió por toda Galicia y, hoy, todo el mundo que alguna vez pudo verlo lo recuerda con cariño. Eso se debe a que su creador dio con la clave para transmitir de manera efectiva su espectáculo.
-¿Qué le parece el trabajo de Viravolta en el aspecto de rendir homenaje a Barriga Verde?
-Viravolta fue capaz de recuperar lo que hacía su creador con Barriga Verde. Para mi, Silvent es un personaje interesante tanto por su azarosa vida como porque todas las referencias personales y verbales que consulté lo califican como un hombre bueno. Además, tenía fama de comprender muy bien a los muñecos en toda su expresión artística, algo poco común en aquellos tiempos por aquí.
-No debió resultarle nada fácil poder llevar adelante su idea renovadora del títere, ¿verdad?
-Es que todo lo que hizo hay contextualizarlo en un momento concreto donde los espectáculos eran escasos. Él creo un personaje mítico desde el punto de vista artístico y personal que ha sobrevivido al tiempo de manera muy digna. El reconocimiento conseguido por el público de varias generaciones se debe sin lugar a dudas a esa energía y a ese movimiento del que hablaba antes, y que hacen de Barriga Verde algo inmortal.


Barriga Verde desembarca no Culturgal

Unha exposición, un posto e unha presentación darán a coñecer o proxecto de recuperación do personaxe

Barriga Verde, o títere máis coñecido do século XX en Galicia, estará amplamente representado no Culturgal, a Feira Galega das Industrias Culturais. Os asistentes ao evento, que se celebra en Pontevedra desde o venres e ata domingo, poderán achegarse a este personaxe no posto da Asociación Cultural Morreu o Demo, onde estará á venda diverso material.
Ademáis, a mostra Onde foi Barriga Verde?, dispoñible para bibliotecas e centros de ensino estará exposta no recinto do Pazo da Cultura durante a duración da feira, a amosar as orixes e a importancia do personaxe. Para rematar, o domingo ás 19 horas unha presentación a cargo de Anxo García, Xaime Iglesias e Germám Ermida darán a coñecer a historia deste boneco e mais o traballo que está a desenvolver a asociación Morreu o Demo para o recuperar.
No esforzo da asociación por reivindicar a figura deste títere tradicional para a sociedade de hoxe, na feira preséntanse varias propostas que inciden no papel subversivo da figura. Así, porase á venda merchandising con representacións do personaxe a pelexar contra a LOMCE, e os asistentes poderán fotografarse co feitío de Barriga Verde canda a personaxes de actualidade. A asociación realizará un sorteo nas redes sociais entre a xente que se fotografíe no stand.
Entre os obxectivos da asociación para esta feira está dar a coñecer o catálogo de actividades e de produtos que pon a disposición da sociedade galega para coñecer máis a fondo a historia de Barriga Verde e das persoas que o fixeron famoso, así como a relación do personaxe coa tradición de títeres europea.
Barriga Verde foi o títere por excelencia de Galicia entre os anos 10 e 60 do século pasado. Os membros da familia Silvent foron os encargados de o levar por todo o país este personaxe, deixando unha fonda pegada na memoria de moitas persoas con expresións como “Morreu o Demo, acabouse a peseta” coa que remataban os espectáculos.

Golpea al cura, se ríe del rey y exaspera al policía. A veces ni siquiera hay en su rostro de madera una expresión identificable, pero su condena de la autocomplacencia lo delata. El semblante de Pulcinella, Guignol, Punch o Kasper, casi marionetas nacionales en Italia, Francia, Inglaterra y Alemania, es siempre la de la irreverencia más clarividente, que el poder intenta neutralizar infantilizando al bufón. Morreu o demo, acabouse a peseta, un documental de la productora Tintimán dirigido por Pedro Solla, revisa esta figura del títere desobediente a través del personaje de Barriga Verde, el fantoche creado por la familia Silvent en los años treinta y el pariente más cercano del Pulcinella napolitano —probablemente, la marioneta europea más antigua— en la tradición galaica.
Si Barriga Verde era gallego, sus orígenes, no
 Si Barriga Verde era gallego, sus orígenes, no. “En la sociedad gallega rural, el único espectáculo de marionetas que existía hasta entonces era el de los ciegos, que cantaban y recitaban acompañados de títeres”, apunta Comba Campoy, productora del documental, grabado entre Barreiros, Pontevedra —donde vive parte de la familia Silvent— Francia, Italia, Portugal y República Checa, para explicar la filiación foránea de Barriga Verde. Inspirado en el don Roberto portugués, el monigote llegó a Galicia cuando en el resto de los países europeos, incluida España con su don Cristóbal, las marionetas como bufón del poder existían desde siglos antes con contenido adulto y tono insumiso.
“Siempre pensé que Punch y Judy [la longeva pareja de títeres del Reino Unido, documentada por primera vez en el siglo XVII y látigo de la rígida moral victoriana] era un espectáculo para adultos. ¡Si está lleno de sexo y violencia!”, reflexiona en el documental Penny Francis, una actriz y profesora británica. Además de los especialistas del teatro de títeres —como Jaroslav Blecha, jefe del departamento de historia del teatro del Museo de Moravia de Brno, en la República Checa— la cinta incluye las voces de Alfonso y Juan, descendientes de la generación que creó Barriga Verde y, como hijos de los inventores, Santiago y José Silvent—el último, el más famoso—, trabajadores de aquella factoría de marionetas que también ofreció espectáculos de variedades y cine ambulante. Ahí viene Martín Corona, la película que unió bajo los focos a Sara Montiel y a Pedro Infante, era garantía de éxito.
La cinta fue grabada en Galicia, Francia, República Checa, Italia y Portugal
La vida nómada de los Silvent, que en invierno dejaban la barraca y recorrían tabernas y salas de baile con un proyector de cine que para muchos niños del campo supuso su primer contacto con la gran pantalla, transcurrió en décadas de autoritarismo. El títere Barriga Verde ganó adeptos durante la dictadura franquista y, al igual que sus hermanos europeos, eligió siempre la lengua propia para sus disputas con la autoridad (en la República Checa, el fantoche Kasperle se mofó siempre en checo, frente al alemán como lengua de prestigio). Las autoridades no prestaban mucha atención a aquellos lances jocosos en los que la viuda alegre, el cura o el indiano acababan ridiculizados, aun cuando su tono era subversivo en comparación con el de El Flecha Juanín, una marioneta dócil nacida en el Frente de Juventudes de Falange.
Barriga Verde hacía aparición en la Pascua de Padrón y, después de recorrer Galicia durante meses, se despedía en octubre en las San Lucas de Mondoñedo, la última cita de la estación festiva, donde coincidía con su hermano Santiago, que conducía por el norte de Galicia su propio Barriga Verde. Los Silvent, una familia de titiriteros que con el tiempo acabaría disgregándose, —aunque los hermanos se repartieron Galicia para seguir por separado con el espectáculo—, recogieron una tradición muy antigua, la de la burla a la autoridad, que antes de en Europa echó raíces en India, China y Japón.
Morreu o demo, acabouse a peseta—con esta frase se despedía de su público el díscolo muñeco después fulminar al diablo de un estacazo— no es el primer intento de rescatar la memoria de Barriga Verde en los últimos tiempos. Hace dos años, Viravolta Títeres —una de las compañías que en los ochenta protagonizó la resurrección del teatro de guante en Galicia, con vocación política y didáctica— reconstruyó el Pavillón da risa, la barraca más célebre de Barriga Verde, que volvió a pisar la feria cuarenta años después de la muerte de José Silvent. “El teatro de títeres es la hermana pequeña del teatro de autor, siempre se la ha mirado por encima del hombro”, lamenta Campoy. La inestabilidad de los Silvent, que siempre cobraban por sus funciones, es hoy más actual que nunca, advierte la productora y actriz. “La fórmula que se genera, ya en la democracia, es la cultura como servicio público y muchas veces sin pagar entrada, así que con los recortes de las administraciones los titiriteros tienen que volver a pasar el gorro”.
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Los mitos y leyendas mágico religiosas y/o heroicas forman parte de las tradiciones y creencias de todos los pueblos del mundo, San Juan de la Maguana tiene los suyos y muy típicos. Aquí vamos a descubrir el origen de la frase  Sanjuanero Barriga Verde  la cual ha identificado al pueblo a través del tiempo.

En 1733 se produjo un terremoto que destruyó la población de Azua. Para ese tiempo los habitantes estaban divididos en dos castas (clases) a una se le llamaba la secundaria que se componía de mulatos, quienes fundaron la nueva ciudad de Azua, mientras que la otra era llamada la primaria, que estaba formada por todos los de piel blanca y ricos, quienes se marcharon para el interior refundando la población de San Juan de la Maguana.

Los azuanos con puerto de mar pudieron mantener una cultura mas avanzada, los sanjuaneros lejos de los centros civilizados, dedicados a la crianza con sus casas dispersas en el gran valle y por el horizonte la majestuosidad de sus montañas, vegetaban en sus riquezas con sus adornos que discrepaban con la elegancia.

Estos habitantes de raza blanca vestían con trajes mal cortados, se acostumbraron a no usar ropas interiores y los botones eran escasos. Usaban camisas entre abiertas y sobre la blancura de la barriga se destacaba el verde reluciente de sus venas, de ahí el origen de la expresión Barriga Verde con que durante muchos años los azuanos  estigmatizaron a los sanjuaneros, y que se ha mantenido a través de los años.

Esta frase se ha utilizado como marca comercial para unos productos lácteos (yogurt, mantequilla) fabricados en esta ciudad y para el diario digital sanjuanero Barriga Vede.Net.

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